El grupo Conservación Patagónica (CP) se formó en el año 2000 con el objetivo de crear áreas silvestres protegidas de acceso público en la Patagonia chilena y argentina. El año 2004, CP adquirió la Estancia Valle Chacabuco en respuesta al Libro Rojo de CONAF, el cual situaba a este lugar como Sitio Prioritario para la Conservación, dando inicio a la transformación de esta histórica Estancia ovejera en uno de los Parques Nacionales más grandes en el mundo.
No sólo estamos restaurando la tierra y protegiendo la vida silvestre. Buscamos entregar una experiencia cautivante y conmovedora, para que los visitantes de todas partes puedan apreciar la belleza silvestre de la Patagonia. Esperamos servir de inspiración para crear una mayor ética de conservación que promueva una mejor administración ambiental. [1]
Estas intenciones, promovidas por el ecologista Douglas Tompkins, resultaron en una interesante arquitectura que mezcla las tipologías tradicionales de la patagonia con una serie de técnicas sostenibles, logrando reducir al máximo el consumo energético del complejo a través de sistemas geotérmicos, paneles solares parabólicos, y una turbina hidráulica que abastece de energía a todos los edificios durante el invierno. Sus materiales, reciclados y extraídos de la zona, aseguran que la infraestructura construida tenga una vida útil de al menos 200 años.
La infraestructura del futuro Parque Nacional Patagonia se compone de un Casco de Administración donde se sitúa el Centro de Visitantes, el Restaurant (con un bar y tienda de artesanías), el Lodge, el Anexo Lodge, la Oficina y cuatro Casas para trabajadores. En las zonas más alejadas se desarrollaron construcciones menores, complementarias e imprescindibles para el funcionamiento del Parque como un solo cuerpo integrado, entre ellas hay Miradores, Campings, Quinchos, Puentes colgantes, Baños públicos y Estacionamientos.
Si tenemos un conjunto de construcciones, queremos que cada una sea distinta a la otra pero sin perder el hilo conductor. Como sucede con una mano, que tiene cinco dedos, cada uno diferente al otro pero que juntos conforman un todo armónico. [3]
Las características que se tomaron en cuenta para desarrollar estos edificios fueron:
a. Arquitectura Vernácula: se trabajaron tipologías arquitectónicas provenientes del entorno cultural patagónico.
La buena Arquitectura es concebida tomando en cuenta la cultura del lugar, su gente, su historia, la geografía, el clima. Todos estos elementos son los que determinan la Identidad de una obra. [2]
b. Edificios de baja demanda energética: El objetivo era reducir al máximo el consumo de energía proveniente de combustibles fósiles, por lo cual se utilizaron criterios de arquitectura solar pasiva y se incluyó un sistema geotérmico en algunas construcciones. Para disminuir las pérdidas de calor, los edificios se diseñaron con una rigurosa aislación continua, que daba la vuelta desde el piso hasta el techo, retornando también en vanos de puertas y ventanas. Se incorporó una cámara de aire en las techumbres y para las ventanas se usó termopaneles de triple vidrio.
c. Construcciones de bajo costo de mantención: se escogieron materiales nobles y de buena vejez, como piedra laja (extraída de una cantera situada dentro de los terrenos del mismo Parque) para revestimientos exteriores de muros, cobre reciclado para las cubiertas de techos, y maderas de roble y laurel reciclados provenientes de antiguos galpones sureños para las estructuras de techumbres. El propósito era lograr que las construcciones tuvieran una vida útil de al menos 200 años y que la Administración del Parque no tuviera que invertir constantemente en mantención.
Existe cierta tendencia a creer que lo usado carece de valor o que posee una calidad inferior con respecto a un producto nuevo, lo cual ha producido en los últimos años una fiebre por los productos desechables e innumerables consecuencias para nuestro medio ambiente. Lo "viejo" no tiene cabida dentro de la arquitectura moderna y las nuevas tecnologías que imperan en nuestros días. Por eso pensamos en el reciclaje como un recurso fundamental para la construcción de nuestras obras. [2]
Nunca debemos dejar de pensar en el impacto que tendrán los edificios en nuestro medio ambiente, ya que la construcción es uno de los rubros más contaminantes y demandantes de energía. [2]
Necesitamos enaltecer y valorar los oficios artesanales, pues al igual que la naturaleza, están en peligro de extinción. Se trata de adoptar una postura. Muchos de los elementos como ventanas, puertas, muebles, chimeneas, etc. han sido elaborados por la mano del hombre y la belleza del objeto refleja el tiempo de elaboración dedicado a él. [2]
Desarrollamos un "diseño de guerrilla": a medida que avanzan las obras uno arremete para hacer ajustes y cambios, para luego retraerse, reflexionar y mirar nuevamente desde afuera la evolución de éstas. [3]
No existen Detalles Menores; son los detalles los que van a determinar que una obra sea bella o especial. Cada mínima cosa debe tener una característica propia y una razón de ser. [3]
d. Energías renovables, aprovechando el agua del arroyo que atraviesa el Casco de Administración se construyó una pequeña central de paso que acumula el agua para conducirla hacia una turbina hidráulica, la cual abastece de energía a todos los edificios gran parte del año, exceptuando los meses de verano donde el caudal del arroyo baja y no es suficiente para generar. Para estos meses se plantearon paneles solares parabólicos, sumándose luego la idea de un aerogenerador. El dilema planteado por una matriz de distintas fuentes de energías alternativas es el almacenamiento, para permitir utilizarla cuando se requiera y generar una corriente estable. En estos momentos se estudia la factibilidad de poder producir hidrógeno, el cuál se puede almacenar y luego ser transformado en electricidad para uso tanto en las Casas como en los vehículos y maquinarias del Parque, logrando así una total autosuficiencia energética sostenible en el tiempo.
El Parque Nacional Patagonia ha sido desarrollado a lo largo de una década gracias el esfuerzo y compromiso de muchas personas, guiados por la infatigable perseverancia, exigencia, búsqueda de belleza y visión de futuro que tenía el ecologista Douglas Tompkins, para que cuando sea entregado a Chile logre convertirse en un polo de atracción internacional mediante su infraestructura de primer nivel, fortaleciendo así el ecoturismo regional y la oposición a grandes negocios extractivistas (megarepresas, minería, salmoneras) al promover un sistema de desarrollo económico que realza y protege la insólita pristinidad de su territorio.
Los parques realmente prosperan (no sólo existen en mapas) cuando la gente los visita, explora, apoya y defiende. [1]
Arquitectos: Francisco Morandé, Douglas Tompkins
Colaboradores: Matías Martínez, María Jesús May
Ubicación: Valle Chacabuco, XI Región, Chile
Área total: 5.293 m2
Año Proyecto: 2006 hasta la fecha
Descripción: Equipo Parque Patagonia
Fotografías: Linde Waidhofer (Western Eye) y banco fotográfico de Francisco Morandé
[1] Declaración de principios Parque Patagonia.
[2] Cita por Francisco Morandé.
[3] Cita por Francisco Morandé y Douglas Tompkins.